Querida amiga;
en este día seco y turbulento de nuestro adios te recuerdo a las aves de la noche,
a las luciérnagas bromeando sobre el norte.
Eres un par de poemas desordenados cada año en el verano de tu nacimiento.
Una historia que a menudo sube a escena y caduca cartelera de las mentes perennes de aquellos que llevan peluca.
Una canción mal entonada de una garganta en celo.

De amarillo vestirás el resto de mis días en la vida desnatada de mis ensoñaciones.
Rezaste "tu pureza y legado", decorasteis con oros mi semilla para espectáculo de ciervos y ardillas
que contemplan sin descaro como nos hacemos amigos del silencio, el peligro, la dicha..
Como preparamos nuestro terreno...

Soy lenta, deslenguada, extensa y laxa pero hoy es lo poco que fui.