jueves, 8 de septiembre de 2022

La chica que aprendió la danza del fuego.

Yo era un ser de propulsión. Yo era la joven que saltaba las hogueras. Me gustaba la gasolina y la velocidad. Crecí demasiado rápido, de un día para otro concretamente. Llegó el martes e iba a comerme el mundo. No conocía los límites porque todo era posible. Me arrastraba con el viento , dominaba los elementos. Era la cerilla perenne, un cometa. 

Llegó  el domingo. Llegó lo oscuro, la comodidad. Llegó el invierno en las trincheras. Llegó el llorar por quien no lo merecía y el aliento enfrascado en la traquea, las lágrimas petrificadas en la tráquea, la jaula en la tráquea por aquellos a los que no me atrevía a llorar. 

Llegó la pérdida. Y con la pérdida llegaron muchos años de pérdidas, muchas despedidas sin lugar y yo no sabía qué hacer para perdonarme. 

Me multiplicaba por cada error , me perdía entre los tropiezos, me giraba y no encontraba el camino de vuelta, las migajas que había esparcido se jactaban confundiéndome con el camino de vuelta. Me desintegraba en cada lugar al que creía llamar hogar y mis cenizas no siempre volvían a casa. 

Hice muchas idas y venidas, me arropaba con rutinas, cuando todo estaba perdido encontraba los mejores disfraces para seguir siendo la reina de la fiesta. 

Recuerdo muchos caminos nevados. Caminos mojados de vergüenza y taladros en la nuez. Recuerdo caminos de pecho adoquinado y húmedo, recuerdo perderme entre cascotes de ladrillo empezando a enmohecerse.

Volvió la primera , y en cada Primavera soñaba un poco con el invierno que me había azotado. Idas y venidas de violentas  granizadas. Tormentas que siempre me hacían sentir en casa, que me recordaban quien era y cual era mi condena. 

Me acomodé dentro de mis aristas, de mis ecuaciones imposibles, de mis oraciones sin sentido. Acepté mi condición aún sin entender mi naturaleza, habite un lugar dentro de mi intestino a través del que podía pensar y hacer Magia con la gente, y fue en ese momento en que te conocí de nuevo, en un lugar más real dentro del mundo , un lugar menos cierto que los sueños pero más tangible que el pasado. Allí, delante de mis ojos habías vuelto al momento en que ambos existíamos de nuevo. Esta vez el juego se puso de mi parte y la vida nos regaló la alegría del vino y la risa. Todos los juegos que había creado para ti, todos los dibujos, los poemas, todo lo que había sido en algún lugar lejos del presente, podía ser ahora para ti. 

Y llegó la alegría de las flores. Una alegría sin fuego y sin estrellas. Una alegría infantil pero segura. Una alegría protegida y fuerte. La alegría desgarradora de una carcajada en la piscina. La alegría de las paredes empedradas , que es una alegría muy lejana al asfalto y la carretera. Una alegría con coleta. Jugamos a la alegría de las acampadas seguras, la alegría sin aullidos de lobos, una alegría urbana, sin pecado ni mandamientos, pero la alegría de los sueños sin carne, la alegría contrarreloj , la alegría adulta de dos niños que se dan la mano. Que se eligen cada día sin pretenderlo , dos niños que se buscan disfrutando de la niebla. 

lunes, 4 de mayo de 2020

La crueldad de la biología.

La primera experiencia traumática que experimenté fue nada más llegar al mundo. En el instante preciso en que llegué, partiendo a mi madre en dos y me sentí sola. La vida, tal y como la había experimentado hasta ahora, ya no existía. Habían cambiado las reglas, el medio y esa terrible sensación de soledad que me estrangulaba el alma, que me dejaba sin aliento, que me paralizaba el corazón y me helaba las entrañas. Esa sensación de incomprensión, de orfandad, de añoranza, me sigue persiguiendo todavía. 
El mundo se divide en dos. Por una parte, aquellos seres afortunados que consiguieron superar la perdida, la separación, que se adaptaron al nuevo medio, que se independizaron. Y por otra parte, el grupo de seres cuyo dolor por haber dejado de ser parte de algo, se convirtió en su drama, en su condena. Un grupo para los que existe alivio pero no curación de la dolorosa herida.
Yo pertenezco al grupo al que se le extirpó la calidez nada mas nacer. La naturaleza es un arma de doble filo que me regaló la vida pero me condenó a una existencia de peregrinación y mendicidad. Crecí arañando las paredes del colegio en busca de aprobación y calidez. Los pasillos se tornaban grises y fríos a mi paso y el apego al hogar que nunca encontré será el legado que habré de dejar a mis hijos.

Viajamos a la playa y me sentí sola.
Era mi cumpleaños y me sentí sola.
Fueron naciendo todos mis hermanos y jamás dejé de sentirme sola.

Con ocho años me dí cuenta de que existía. Ocho años tardé en adaptarme a la vida. Con ocho años conseguí mi mayor logro como ser humano, darme el abrazo que tanto había estado esperando.
 

martes, 17 de marzo de 2020

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas.

Ayer quiso matarme la mujer de mi vida
Apretaba el gatillo cuando se despertó

es lo que pasa en todas las historias
es lo que pasa en todos los saltos al vacío
todo cambia, todo se transforma
lo que no avanza, se estanca, y lo que se estanca se pudre
y en el estanque que creamos para nosotros
ya no hay sitio para dos
no hay sitio para los cinco que ya traías contigo
nunca hubo sitio para lo que fui
y en los tres tiempos que existen y en los tres tiempos que no nos pertenecen
miramos a otro lado
callamos en verbos equivocados
en conjugaciones engañosas
nos escondemos en los recovecos de una verdad a medias
una mentira a ciegas
un juego a veces compartido
a veces dividido
a veces la causa del dolor y a veces la consecuencia de otra pasión

Se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
Y puede que no exista el sitio adonde voy

y el olvido causa desconcierto
el desconcierto de quien habita en un hogar por descubrir
de la vida en penumbras
de la habitación de la vida de los otros
las conversaciones siempre son ajenas
elijo las voces que quiero escuchar de las que suenan en mi cabeza
y un día te enfrentas con la voz de tu verdad
agarrándote del cuello
introduciendo su verdad en tu alma herida
en tu alma en ruinas
te susurra que existes
que existes aun en el rechazo de los otros
existes por encima de lo que se ha olvidado
por debajo de lo que aun no se conoce
y vuelves a estar sola
de la mano de ti misma
haciendo malabares con esa verdad

Y muchas golondrinas huyen de la ciudad.


domingo, 15 de marzo de 2020

y pasó un siglo más.

volvemos a las andadas
nos volvemos a tropezar con nuestros talones
nacemos en el ocaso del tiempo
resurgimos de casi todas las derrotas
y en medio de toda esta batalla
paramos
respiramos
respiramos hondo de este aire contaminado
profundo
se ensanchan nuestras costillas 
hace tiempo que no lloramos
no he tenido tiempo
ya no hay nadie a nuestro alrededor
y en medio de la inmensidad de la nada
del silencio
nos encontramos con nosotros mismos
de frente nos miramos a la cara
nos reconocemos en la oscuridad
dudamos del origen de la voz que escuchamos
soy yo todas las voces que oigo en mi cabeza?
soy yo todos los gritos de mi alma?
soy yo todos los monstruos que invento?
soy el eco de todas mis tragedias
o soy el creador de todas mis tragedias?
en la oscuridad sin lluvia de la noche
me doy la mano en medio de esta noche oscura de mi alma.

viernes, 28 de abril de 2017

demasiado tiempo ignorando todas las maravillas que me rodeaban.
La vida, el cielo, las plantas, el viento, el río.. existía un vínculo entre nosotros, una relación recíproca, un pacto para ignorarnos.
Yo no existía para el viento al igual que el viento había dejado de existir para mí.

Al despertar del séptimo día vi a mi madre arrodillada en la cocina, limpiando el desastre que había provocado aquel viejo congelador. Parecía que las lágrimas congeladas de todos los miembros de esa casa se habían derretido y vagaban entre olores precocinados por la cocina de mi madre.
Miré fijamente a mi madre y no encontré las palabras. Nunca supe como explicar a mi madre que a nadie le importa que las juntas de la cocina no estén blancas impolutas. Eso sería una grosería.. Que los años pasasen, olvidando los veranos, olvidando las navidades, que nos hagamos daño con el tiempo, que nos rajemos la piel con el tiempo, que nos revolquemos en el barro con el tiempo mientras las juntas de la cocina se mantienen de un blanco vanidoso y en desacuerdo con la situación. Sería ridículo!
Nos desbordábamos.
Nos desbordábamos y no fuimos capaces de mirarnos a los ojos.
Quería decirle a mi madre que la quería. Olvidar el dolor, olvidar los traumas infantiles, olvidar el uniforme del colegio y el frío que nunca salía de mis huesos.. En su lugar cogí un trapo y posé mis rodillas desnudas sobre el charco del suelo que simbolizaba nuestras lágrimas agotadas.. comenzamos juntas a limpiar el agua como si se tratase de un ritual de purificación, ambas estábamos allí, ambas existíamos la una para la otra y eso era suficiente..


cuando estás perdiendo el norte

nace la necesidad de volver a encontrarme, rescatarme del lugar al que quiera que haya caído, volver a regalarme la vida.

empecé a escribir un cuaderno como mi propio intento de salvación...

lunes, 2 de enero de 2017

La estética del dolor

Hacía más de un año que no lloraba cuando este mediodía he recibido la noticia de que hacía días que ya no estabas entre nosotros. De pronto mi alma se ha partido en mil pedazos de una forma en la que jamás hubiera creído sufrir. Un balazo al corazón.
Querida Paula, me duele hasta pronunciar tu nombre, creo que es porque siempre preferiste que te llamase Respingo. He decido llevar un luto por tu vida como a ti, creo, te hubiese gustado. He decidido que me pasaré las próximas 78 horas llorándote. Con llanto fuerte, trágico y desgarrado. Un llanto grotesco y desmedido como el que realizaría al perder mi propia vida, porque creo que nadie merece menos. 78 horas de llanto incesante son horas suficientes para demostrar al universo la pasta de que está hecha alguien.
De cierta manera mi alma se siente perdida y ahora que no estás necesito tanto tu presencia.. Jamás me hubiera imaginando recreando conversaciones contigo, jamás hubiese creído la necesidad que tengo de leerte, saber más de ti..
No entiendo las leyes que rigen la existencia. Se que todo es finito, limitado, y que la vida azota sin descanso, pero no se dónde está ahora todo aquello que soñabas, dónde están las canciones que tarareabas, los principios que defendías.. Toda la inspiración que rodeaba tu existencia, a dónde ha ido todo eso? Esa especie de energía en forma de poema que no puede destruirse, el arte que hacías de tu vida, dónde está? Qué es de todo eso?
El peso de la persona que eres es el peso del dolor que llega con tu ausencia, El hueco que has dejado en mi corazón es tan grande que siento terror ante la vida. Terror ante la facilidad con la que desaparecen las cosas. Terror ante lo difícil que es vivir y lo sencillo que es morir, Lo fugaz en que un cuerpo se queda sin vida sin importar todo lo que estés dispuesta a aportar al mundo, Al universo no le importa una puta mierda que seas un alma creativa capaz de transmitir cosas intangibles con una brutalidad casi mágica, Al universo no le importa si respiras o no y eso es algo que no puedo soportar porque no eres una persona ordinaria, eres una persona extraordinaria a la que el universo debería valorar y dar, por lo menos, cierta eternidad.
(...)
Ahora vives junto a las musas. Eres por siempre inspiración y arte, mi querida Renata. Mi querida Respingo, Mi querida Paula,
Posdata: espero que disculpes no poder escribirte algo mejor, mis palabras nacen de mi más sincero dolor y no quiero cambiar ni una sola palabra que manifieste lo absolutamente en contra que estoy de esta decisión de las estrellas,
Siempre te llevaré en mi corazón y en todos tus escritos que pienso aprenderme de memoria,´