viernes, 23 de julio de 2010


te odio tanto porque eres tú
porque te miro y veo todo lo que odio de mí enfrentado en una carrera contra el tiempo y el espacio, encarnado en un solo ser odioso y despreciable
te odio porque tu sangre fluye por mis venas contaminada de ironía , vieja astucia pasajera y vulgar
eres predecible. aburridamente predecible y odiosa como nunca antes te había visto. por eso te odio. porque mi odio hacia ti es tan nuevo como el viejo trapo de limpiar las cincuenta y siete escaleras de la 'carrer de la mosca'

te odio y no me arrepiento, porque en nuestros cerebros siameses no existe el arrepentimiento. si odias, odia bien. de principio a fin, por amor al odio incondicionado y razonable.

te odio, porque disfrutas cuando lo hago, cada vez que te miro y mi retina te odia, tu pupila se pliega en mil colores, se dilata como tu zurda y terca vanidad y chispotea lágrimas de gozo contraído.

te odio tanto que me entusiasmaria gritarselo a los cuatro vientos, que fuera un delito, que me atarán a una cama y me hicieran pagar por mis pecados, que la gente me señalara alarmada por la calle 'qué granuja y mala pecora, al infierno debia de ir'
pero jamás lo haré.
este odio que es nuestro odio, lo que nos mantiene con vida y nos regala las arrugas, es algo nuestro, algo íntimo y avergonzante, bragas rotas que se tienden en el patio interior.
porque si te odiara y lo supieras yo sabria que lo sabes y tu sabrias que yo lo sé y te verias obligada a tener que odiarme, odiarte, perdonarme, perdonarte, confesarte, flagelarte y no...
las cosas no se odian así


(prometo odiarte como mis huellas dactilares odian a mi ombligo; desde el primer, hasta el ultimo dia de nuestras sus vidas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Inteligencia Artificial