jueves, 15 de septiembre de 2011

pocas plumas y un saquito de sueño no van a cambiar las cosas...
esta noche volveré a irme a la cama con la sensación de que los guisantes de la cena tenían algo que decirme. Me susurran al oido sus misterios que a la vez son los pormenores de mi vida.
en el plato, triunfantes, nos miran con descaro, nos superan en número y también en valentía.
el tenedor entreteje la melodía de mis pensamientos, juega con el azar del impoluto plato simulando el vació.
el plato me refracta.
miro lo que queda, Que es lo que hay.
No voy a dar un paseo en la medianoche, no voy a llorarle a la luna, no voy a atar los zapatos a la pata de la cama.
Cojeré mi corazón, lo meteré en el joyero en forma de lagarto y bailaremos el vals de las mariposas.

Donde me pierdo en la cocina. Donde el tenedor nunca pueda hallarnos, donde las legumbres son infinitas.. allí encontraré descanso en esta noche de mis 3690 días de pureza.

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