la nieve a treinta grados tiene mil colores, los colores de los campos perdonados por el cielo. Las noches que invitaron al verano se acostaron en mi cama. las estrellas refrescaban sus gargantas. El viento sonaba como en un bonito cuadro, hidrataba la seca tierra y los perros de caza.
Las montañas a lo lejos protegen nuestras almas, hacen frontera con el país de las lágrimas.
La humedad huele a vals, a enloquecer entre los brazos de las nubes.
Un hogar donde vive el verano es como un globo, un helado, tus hermanos poblando el mundo;
el sol acaricia todas las pieles del planeta y por un momento todas las pieles son de pluma, de oro y de cereza y por un momento todas las pieles se abrazan a la nieve, comienzan el viaje de sus vidas, en cometa hacen las paces con sus aortas y sonríen. Por un momento mi piel es la piel del mundo que huele a playa, a campo, a libélula.