sábado, 12 de julio de 2014

Qué rabia ser tan obvia justo ahora que soy tan vieja y tan sabia.
creía que con el paso de los años sería una gran estrella. Un astro que ensombrecería vuestras elocuencias e improvisaciones..
Qué rabia la previsibilidad fijada.. Qué loca frescura la de antaño.. Qué joven, lozana, rechoncha y burbujeante..
Recuerdo cuando soñaba con algodón de azúcar y veneno.
Cuando planeaba crímenes y diseñaba quirófanos..
las entrañas de la tierra tiraban de mis instintos con fuerza, mis uñas ascendían hacia el cielo mientras el bello de mis brazos crecía para adentro, encuadraba mi corazón, como alambre de espino, dibujaba mi silueta resuelta en el viento.

Que rabia como he dejado de sorprenderme desde el rincón prohibido de los vértices del pecado..

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