martes, 17 de marzo de 2020

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas.

Ayer quiso matarme la mujer de mi vida
Apretaba el gatillo cuando se despertó

es lo que pasa en todas las historias
es lo que pasa en todos los saltos al vacío
todo cambia, todo se transforma
lo que no avanza, se estanca, y lo que se estanca se pudre
y en el estanque que creamos para nosotros
ya no hay sitio para dos
no hay sitio para los cinco que ya traías contigo
nunca hubo sitio para lo que fui
y en los tres tiempos que existen y en los tres tiempos que no nos pertenecen
miramos a otro lado
callamos en verbos equivocados
en conjugaciones engañosas
nos escondemos en los recovecos de una verdad a medias
una mentira a ciegas
un juego a veces compartido
a veces dividido
a veces la causa del dolor y a veces la consecuencia de otra pasión

Se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
Y puede que no exista el sitio adonde voy

y el olvido causa desconcierto
el desconcierto de quien habita en un hogar por descubrir
de la vida en penumbras
de la habitación de la vida de los otros
las conversaciones siempre son ajenas
elijo las voces que quiero escuchar de las que suenan en mi cabeza
y un día te enfrentas con la voz de tu verdad
agarrándote del cuello
introduciendo su verdad en tu alma herida
en tu alma en ruinas
te susurra que existes
que existes aun en el rechazo de los otros
existes por encima de lo que se ha olvidado
por debajo de lo que aun no se conoce
y vuelves a estar sola
de la mano de ti misma
haciendo malabares con esa verdad

Y muchas golondrinas huyen de la ciudad.


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